(Stg 1.26-27) «Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que
engaña su corazón, la
religión del tal es vana.
La religión pura y sin
mácula delante de Dios el
Padre es esta: Visitar a los
huérfanos y a las viudas en
sus tribulaciones, y guardarse
sin mancha del mundo.»
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